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Te voy a hacer una confesión. Después de muchos años trabajando en el campo de la medicina estética, los tratamientos de levantamiento del pómulo están entre mis favoritos de cuantos realizo en mi consulta. ¿Por qué? Es muy sencillo. Con un único tratamiento, realizado a conciencia y buscando la armonía de todo tu rostro, tal y como a mí me gusta trabajar, puedo conseguir no sólo levantar los pómulos, también mejoraré las ojeras, los surcos del valle de lágrimas y el nasogeniano, así como difuminaré las feas líneas de marioneta.
¿Qué más se puede pedir? Con un solo tratamiento, casi una mejora integral del rostro. ¿Cómo lo hago? Atenta, porque te interesa. ¡Ah y ya te aviso! Si has oído hablar del efecto pepona o el efecto hámster tras este tipo de tratamiento, olvídate. No tengas miedo, porque si lo realizo yo quedan completamente descartados los resultados aberrantes.
¿Quieres saber más? Lee nuestro post: ¿Qué es el tratamiento del levantamiento del pómulo?
El saber hacer para este tratamiento, y en realidad para cualquier otra técnica de medicina estética, es el profundo conocimiento de los productos existentes y los mecanismos para su aplicación. Hoy en día hay un amplio abanico de geles de ácido hialurónico. Cada uno de ellos está indicado para determinados usos.
Así que yo me encargo de buscar el más apropiado para cada ocasión. Buscando siempre los mejores para lograr una belleza dinámica y natural. Tanto que usaré productos que se acaban integrando con tus tejidos en pocos días, llegando a ser indetectables incluso al palparlo.
En definitiva, si tienes las mejillas caídas, no temas por realizar este tratamiento que definirá mejor tu rostro y te hará sencillamente más atractiva. Por cierto, algo que no solo es aplicable a las mujeres. También sois muchos los chicos que queréis un levantamiento de pómulos que os rejuvenezca y os aporte un aspecto más saludable.
Tanto para chicos como para chicas el tratamiento se realiza del mismo modo. Eso sí, diseñando de antemano el resultado deseado. Luego es mi pericia y mi experiencia la que lo materializa gracias a las infiltraciones de gel hialurónico.
En ello invertiré más o menos una hora. Es una intervención corta y cómoda, para la que ni siguiera necesitaréis anestesia, al ser indolora. No notaréis mis pinchazitos, pero en cambio sí que veréis de forma inmediata los efectos positivos. Vuestros pómulos volverán a su lugar y ahí permanecerán durante unos 12 meses. Periodo en el que sería bueno renovar el tratamiento.
Recuperar el volumen perdido de los pómulos y mejillas aporta un mejor aspecto e incluso más interesante. Si te ves un perfil muy plano, esta es una fabulosa ocasión para corregirlo.
Por añadidura, al reponer el volumen, también indirectamente conseguiré suavizar las arrugas profundas, esas que recorren el surco por el que descienden las lágrimas, o las que forman el marcado surco nasogeniano y las líneas de marioneta. Como te decía al principio este tratamiento es casi un lifting integral
Recuperar y destacar los pómulos también tiene como consecuencia armonizar el rostro. O lo que es lo mismo ganar en belleza y atractivo. Por no mencionar lo saludable que de pronto parecerá vuestra presencia.
Cuando me hagas tu primera visita, evaluaré tu rostro de manera global y en profundidad para acabar centrándose en la pérdida de volumen facial y las posibilidades de mejora para lucir un rostro jugoso, dinámico y con aspecto más juvenil. Unos objetivos para los que diseñaré un tratamiento específico para ti, tus características y tus deseos. Un tratamiento en exclusiva para ti.